De boda II
A la puerta de la iglesia mi mirada se cruzó con la suya y se me atragantaron de golpe tres años y un día de pastelitos, gofres y torreznos. Tragué saliva y sentí la gargantilla en mi cuello como una soga.
En el convite corté los tres pisos de tarta, coronada por una pareja de novios de plástico. Compartí la primera ración con mi marido recién estrenado, que me llevó en volandas a bailar un vals. Tenía una mota de nata en la comisura de los labios. Alguien gritó ¡cambio de pareja!
Y me fugué con su primo Gerardo.
Foto Boda EEUU 2, de Carlos Naranjo
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